La muerte y la incertidumbre afrontadas con una mirada adolescente
Si algo caracteriza 2020 ha sido el dolor de la perdida y la incertidumbre sobre el futuro. De esas dos cosas habla, a su modo y en su contexto, “Ceniza negra”, la opera prima de Sofia Quiros Úbeda que recorre festivales internacionales (participo en el Tucuman Cine Gerardo Vallejo de este año y pantallas como la argentina Puentes de Cine y la global Mubi, donde se estrena hoy.
La historia se centra en Selva, una niña de 13 años que vive en un pueblo costero del Caribe costarricense, que sucesivamente enfrenta la desaparicion subita de su figura materna y el deterioro del abuelo con el que va a vivir. El transito de la infancia a la adolescencia se da en un contexto salvaje, donde madura velozmente sin saber que vendra.
PRIMER LARGO. Los antecedentes de Quiros Úbeda eran tres cortos.
“Acompañar a alguien a morir, es sumamente desgarrador. Yo acompañe a cuatro personas, entre ellas a mi madre, mientras haciamos esta pelicula. Son experiencias que te marcan, un antes y un despues. Un peso muy pesado, que hay que aprender a alivianar. Pero tambien es una oportunidad para tomar la vida de otra forma, con mas fortaleza”, remarca la directora, en dialogo con este medio.
– ¿Ayudar a morir te enseña a vivir?
– Es definitivamente el gran tema de la pelicula. Al menos creo eso nos paso a las dos, a Selva y a mi. En ese sentido nos acompañamos. Y eso es muy loco que un personaje que salio de tu cabeza te acompañe, porque definitivamente ya tiene vida propia.
– ¿Hay alguna referencia biografica en tu filme?
– Si, son mis propios procesos de duelo. Mi relacion con mi abuela, mi vision de la muerte cuando era adolescente, y la cual mantengo hasta ahora.
– ¿Que distingue el transito de la adolescencia de Selva con otras chicas de su edad?
– La diferencia es que ella ha crecido con la ausencia de sus padres, con ese vacio que le ha permitido convivir con su abuelo, con quien comparte una rutina de juegos y fantasias donde ambas edades se fusionan. Tambien ha crecido con el deterioro y la cercania de la muerte presente en su abuelo. Esto ha hecho que, a tan corta edad, tenga una sabiduria que la protege y que le ha hecho cuestionarse que es la muerte de manera profunda y tomar una postura al respecto, casi por sobrevivencia. Con las experiencias que debe vivir va adquiriendo una madurez inusual para una joven de su edad.
– ¿Perder a una madre y la decadencia del abuelo refieren a la sociedad su conjunto, a abandonos y ausencias colectivas?
– Si, definitivamente. En el pueblo costero de la provincia donde grabamos, esta presente el abandono todo el tiempo. En los rostros, en las pieles, en las miradas, en las casas, en cada pared. Es una de las regiones mas abandonadas de Costa Rica. Y esta realidad convive con las ausencias y perdidas de nuestra protagonistas. Dialogan.
– Hace cuatro años hiciste un elogiado corto que se llamo, precisamente, “Selva”. ¿Son historias distintas o la misma?
– Selva, el corto, nacio a mitad de camino. Son historias distintas, pero el espiritu del personaje es el mismo, solo que mas joven. La propuesta visual y sonora y como se retrata la naturaleza si fue una busqueda directa a lo que queriamos trabajar en el largometraje. La niña es la misma; la trama de la pelicula crecio conforme iba creciendo.
– Trabajas con mucha improvisacion tanto en esta pelicula como en las anteriores, lo que habla de un contexto creativo de libertad. ¿Por que elegiste ese metodo?
– Cuando uno trabaja con tanta naturaleza, animales y actores naturales es casi inevitable improvisar. Ni hablar de grabar en el tropico, donde nada se puede controlar. En todo caso, es la forma en la que creo. La intuicion siempre ha sido mi herramienta mas poderosa para crear, y cuando todo esta controlado, definitivamente se pierde mucha magia, en especial la de lo inesperado. Claro, para trabajar con improvisacion hay que prepararse mucho antes, no es solo llegar y ver que pasa. Es contener la esencia de la pelicula siempre, para que esta se transforme o resignifique, pero sin perder el rumbo.
– Tenes la doble nacionalidad argentina-costarricense, ¿que te da cada uno de esos origenes?
– En la Argentina naci y estudie cine. Es un lugar que me ha traido mucha libertad y creatividad y que me ha estimulado mucho a traves del arte. En Costa Rica creci de niña y adolescente, es el pais que me da raiz, familia y el contacto con la naturaleza que me calma .
– Trabajaste con la produccion de Murillo Cine, de la tucumana Cecilia Sazy Salim. ¿Como se contactaron?
– Conoci a Sazy en un laboratorio que hicimos juntas en Bolivia Lab, eramos compañeras de cuarto en el hotel. Ella estaba como productora de “El motoarrebatador” y construimos un lazo fuerte; años despues decidimos colaborar juntas. Recuerdo cuando nos conocimos que deciamos la rrr parecida y nos reiamos. ¡Un vinculo entre Tucuman y Costa Rica!
– ¿Te sirvio de algo el paso por la cita tucumana, en el Gerardo Vallejo?
– Me encanto estar en Tucuman. Personalmente es una zona del pais que siempre me ha llamado la atencion, y las veces que fui volvi renovada y con estimulada creativamente. Es muy lindo que se haya podido estrenar “Ceniza negra” en casa de Sazy. Ha sido un año complejo, pero me alegra que la pelicula tenga su curso por el mundo. Siempre decimos con las productoras que es nuestra hija adolescente que ya esta volando sola.
Esta nota pertenece al contenido premium y es exclusiva para suscriptores.