Un trabajo a presión y con responsabilidad: Seba Brajkovic, el capitán de las finales de UPCN
Aguerrido y temperamental son las dos palabras que describen al capitán de UPCN, Sebastián Brajkovic (40). Detrás del armador hay un tipo cálido y enamorado de su pequeña familia: su esposa Marcia -con quien se encuentra casado desde el 2013- y su hijita Nina de 3 años. Sin embargo, cuando toca ir a trabajar, el líder de los Cóndores se calza el disfraz de jugador y sale a defender los colores de su equipo. Un trabajo a presión y con responsabilidad, pero no perdiendo el lugar de súper papá: “Para mí lo más importante es la familia”, confesó a Tiempo de San Juan.

Es oriundo de San Lorenzo, un pueblo ubicado en la zona sur de la provincia de Santa Fe, más precisamente a 23 km al norte de la ciudad de Rosario. Se crio bajo la enseñanza de sus padres, Pablo y Ana, y la amistad con sus mejores amigos, sus 3 hermanos mayores: Pablo, Diego y Lucas.
El lema principal de Seba es la familia. No importa otra cosa si su estructura está armada. Fuera de los entrenamientos y entre la competencia, sabe que en casa lo espera lo más importante y por quien aparta todo: “En mi tiempo libre me dedico de lleno a la familia y amigos. Trato de compartir todo el tiempo posible, ya que son muchos meses que uno está alejado de los afectos por estar dedicado a la actividad deportiva”.
Sumado a eso, y para no dejarlo pasar, su conexión máxima dice que la encuentra en el hobby de la pesca y su regreso a donde sabe que es feliz, la cita infaltable con los hermanos en la que solo se pone sobre la mesa un solo tema, el vóley.
Sebastián Brajkovic llegó al equipo sanjuanino en su mejor época y luego regresó para seguir ganando títulos con el conjunto de Fabián Armoa. Desde entonces, es el capitán de UPCN y tiene siempre la titularidad. “Soy el armador del equipo y hace 6 años que estoy en la institución. Mi llegada fue en la temporada 2014-2015. Me encontré con un equipo ambicioso, muy aguerrido y totalmente ganador. Un club donde todos entienden los objetivos y, desde cada área, se trabaja para cumplir las metas planteadas. En ese momento UPCN ya era un equipo que había ganado mucho y en muy poco tiempo”, comentó.
El voleibolista dice que ser líder del conjunto de Armoa tiene su obligación, pero que está apto para llevar la bandera y tomar el compromiso de su grupo: “Ser capitán es una responsabilidad enorme y hace de un compromiso aún mayor, ya que se trata de un equipo donde conviven varias generaciones y, por lo tanto, es un desafío mayor. Es tratar de enviar el mensaje para que todos entendamos y comprendamos donde estamos, el club y la camiseta que representamos y asumir esa responsabilidad para que juntos podamos lograr los objetivos planteados”.
“El capitán no es mas que nadie, solo que hay que asumir esa responsabilidad y convivir con ella todo el tiempo”
Integrar un equipo tan ganador como el Gremial, que a lo largo de su poca y rica historia ha logrado 22 títulos tanto locales como internacionales, y dos medallas de bronce en el Mundial de Clubes, tiene su peso, su presión. A eso el armador más grande del plantel lo tiene muy claro, y sabe que con esa palabra tiene que convivir: “Esto es algo que siempre va a estar en lugares como UPCN. Un equipo donde cada año se eleva la vara y hay que estar a la altura de lo que se nos pide a los jugadores. No es algo incómodo o difícil de llevar, todo lo contrario. Nada más lindo que sentir presión por estar en el equipo más ganador de la historia del vóley argentino y tener que defender cada título que se ha ganado”.
Seba expresó que detrás de todo ese equipo ganador y lleno de historia hay dirigentes comprometidos desde el día uno y que trabajaron de manera incanzable para que el Gremial esté en las filas en las que se encuentra ahora.
“Los jugadores somos la cara visible de todo esto, pero detrás nuestro hay familias que hacen un esfuerzo y sacrificio silencioso, muchas horas viajando de un lugar a otro y acompañándonos para que podamos estar acá, haciendo lo que nos gusta y cumplir sueños”, confesó el armador.
“Soy muy exigente conmigo mismo y, por lo tanto, soy de exigir el máximo del equipo. Entendí y entiendo que es la única manera de lograr todo lo que se hizo en el club y poder ser parte de esta rica historia que tiene UPCN”
Así como es el más grande del plantel, a sus 40 años no se le cruza por nada el tener que abandonar la carrera deportiva. Se siente un pibe lleno de energía y en el mejor equipo de la Liga Argentina. Hay Brajkovic para rato: “La verdad que no pienso en un retiro ni con irme de UPCN, pero también entiendo que, en lo personal, no me queda mucho tiempo como jugador así que trato de disfrutar al máximo cada momento que me quede. Lo que, si tengo claro que este no va a ser mi último año”, cerró entre risas el jugador armador.