“¡Para mi ya no existis!”: Carlos Monzon y el rechazo final de su hijo Maxi, a 26 años de su muerte
Eran las cinco de la tarde del domingo 8 de enero de 1995. Todavia nadie lo sabia, pero el cuerpo sin vida de Carlos Monzon yacia a la vera de la Ruta Provincial 1, al noreste de Santa Rosa. Monzon veniade comer un asado con su amigo, Jeronimo Mottura; y su cuñada, Alicia Fessia, la unica que sobrevivio al accidente.Manejaba “a toda velocidad” un Renault 19 gris que le habian prestado, cuando de pronto “toco la banquina”, el auto dio siete vuelcos y el cuerpo del boxeador -condenado por el femicidio de Alicia Muniz-atraveso el parabrisas. Monzon murio en el acto y su cuerpoquedo tendido entre la maleza. Un vecino de la zona, alertado por el ruido, se acerco y presencio la ultima postal del “Campeon”: estaba boca arriba, en cuero, con un short deportivo y un solo zapato.
Monzon gozaba desde hacia tiempo de salidas transitorias por buena conducta, despues de haber cumplido mas de la mitad de su condena de once años. Llevaba cinco años y seis meses preso. Le faltaban solo siete meses para recuperar la libertad. Muchas fueron las elucubraciones en torno a que fue lo que sucedio dentro del auto. Se dijo que estaba alcoholizado, tambien que habia sufrido un infarto: lo unico que se pudo probar es que no llevaba puesto el cinturon de seguridad.
Faltaban todavia tres horas para que se encendiera la alarma del penal Las Flores, en el que cumplia condena por el asesinato de la madre de su hijo menor, Maximiliano. Pero no hizo falta salir a buscarlo: en cuestion de horas todos los medios del pais daban cuenta de la muerte de Monzon. La noticia no tardo en llegar a la casa de los Muniz en Montevideo. Fueron ellos quienes desde 1988 cuidaron de Maxi, quien al momento del crimen acababa de cumplir siete años. “¡Dios existe!”, aseguraron a BigBang que fue la reaccion de Alba, la mama de Alicia, al enterarse de la muerte del asesino de su hija.
“Maxi no se sorprendio. Llevaba años sin verlo. Nunca mas quiso saber de el despues de la muerte de Alicia. El nene vio todo, fue muy traumatico”, reconocen a este medio desde el entorno de los Muniz. Al momento de morir, Monzon llevaba mas de cinco años sin ver a su hijo menor. Una batalla judicial por la cuota alimentaria (les pasaba la mitad de lo acordado por sus abogados: solo 750 dolares mensuales, se sumo a la negativa del nene a verlo. Su figura paterna, ademas de la de su abuelo Hector, fue la de Pablo, el hermano menor de Alicia. “Cuando se entero (de la muerte de su madre, me miro y me pregunto: ‘¿Que edad tenes?’. Le dije que tenia 18 años, se quedo pensando y me volvio a preguntar: ‘¿Vos ya podes ser mi papa?'”, recordo el menor de los Muniz.
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En una de sus ultimas entrevistas, el boxeador recibio al periodista Guillermo Andino en el penal. Sobre su mesita de luz, una foto de Maxi con guantes de box en el Luna Park. “Hace cinco años que no lo veo, no veo la hora de verlo. Mis hijos tampoco lo ven. Son cosas muy dificiles, pero ya me falta poco para poder salir en libertad, hablar con la jueza y que me explique por que no lo puede ver nadie”, anticipo, al tiempo que vaticino: “El dia de mañana, mi hijo va a ser grande y quiero que sepa lo que realmente paso aquella noche del 14 de febrero de 1988, que ni yo quiero recordar. Quiero contarle todo lo que recuerdo”.
Dos años despues, Monzon estaba muerto. Nunca mas lo vio a su hijo. Jamas pudo explicarle su version de los hechos. Tampoco hizo falta. “Maxi vio todo y escucho todo. Pero nunca quiso hablar de eso”. El unico pedido que les hizo a sus abuelos, incluso con el boxeador vivo, fue nunca tener que volver a verlo. “No sequees lo que siente hoy por su padre, nunca le perdonoque lo haya dejado sin madre. Él estaba presente la noche que Alicia murioy recuerda todo. Pero lo que mas lo marco en la vida fue lo anterior: el sufrimiento por ser hijo de un padre golpeador. Varias veces me dijo: ‘Él me sacoa mama, no puedo pensar mas que en eso. Para mi ya no existe'”, revelo Alba, solo cuatro dias despues de la muerte del boxeador en dialogo con la revista Caras.
“¿Mis papas estan en una pelicula?”: como vivio Maxi la madrugada del femicidio de Alicia Muniz y las horas posteriores al crimen
Gritos, golpes, amenazas y, de pronto, un silencio mortal. Aquella madrugada del 14 de febrero de 1988, Maximiliano Roque Monzon, “Maxi”, dormia junto al hijo de Adrian “el Facha” Martel en uno de los dormitorios de la planta superior de la mansion de la calle Pedro Zanni. Vacacionaba desde los primeros dias de enero en Mar del Plata junto a su padre, Carlos Monzon. Acababa de cumplir siete años.
“Viene tu mama”, le habia anticipado el viernes por la noche el boxeador quien, a diferencia de lo que se relata en la serie biografica de Space, le puso como condicion a Alicia Muniz que viajara a la ciudad balnearia para buscar a su hijo. “Alicia no fue por voluntad propia, no queria reconciliarse con Monzon. Estaban separados y, de hecho, ella tenia planes de casamiento con otro hombre”, confirmaron a BigBang desde el entorno de Muniz.
Alicia dejo Montevideo -ciudad en la que se encontraba trabajando como modelo- yllego en la tarde del sabado a “La Feliz”.Se dirigio directo a la casa de la calle Pedro Zanni. Pasaron la tarde “en familia” en la pileta, no en la playa como se retrata en la serie. Esa noche se los vio juntos. El boxeador arranco la “gira” en el cumpleaños numero 48 de Sergio Velasco Ferrero en el resto Los Amigos y despues se dirigieron al Hotel Provincial. Ese fue el momento en el que se sumo Alicia, que cautivo a todos con su vestidito tipo hindu.
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El grupo tenia una mesa privilegiada en el Provincial. Pidieron siete botellas de champagne Baron B y jugaban a la ruleta. Alicia, lejos de Monzon, paso la noche con Maria Eugenia Zorzenon, pareja de Velasco Ferrero. Esa noche, Monzon no paro de perder. Una y otra vez, la ruleta le daba la espalda. A pocos metros, su ex mujer, que lo miraba con absoluta indiferencia. “Este año me caso si o si, pero con otro”, le dijo a Zorzenon. El boxeador la escucho. La noche siguio en el Club Peñarol. Desde ese momento, lo unico que se sabe es la version de Monzon y la del taxista que los dejo en la puerta de la casa de Pedro Zanni. Ya estaban discutiendo.
Maxi dormia cuando sus padres regresaron a la casa. Nunca hablo sobre lo que sucedio aquella violenta madrugada en la que, de acuerdo a las pericias, Alicia recibio al menos dos golpes de puño. El rastro de sangre fue una de las principales pruebas en contra de Monzon: se constato que la pelea comenzo en la planta baja y que Alicia logro correr por las escaleras para refugiarse en la suite principal. “Vio y escucho todo”, reconocen desde el entorno de Muniz.
Maxi vio y escucho todo”
Alicia murio en cuestion de minutos. De acuerdo a los peritos forenses que trabajaron en las dos autopsias que se le practicaron al cuerpo coincidieron en que, antes de ser arrojada por el balcon, la ex vedette ya estaba en estado de inconsciencia y con lesiones letales. La falta de instinto de defensa y sus muñecas sin fracturas fueron claves para derrumbar la coartada del “campeon”, que sostenia una y otra vez que la madre de su hijo se habia arrojado sola al vacio. Muniz murio por la presion de 30 kilos que ejercio Monzon sobre su cuello. Utilizo solo dos dedos: una suerte de pinza letal.
La familia de Alicia estaba en Buenos Aires cuando recibio la noticia: solo le dijeron que habia muerto; todavia nadie hablaba de asesinato, mucho menos de femicidio –para eso faltarian decadas-. La primera preocupacion de Hector y Alba era su nieto, Maxi, quien para ese entonces ya se encontraba al cuidado de un juez de menores. Seguia en la casa de Pedro Zanni, a pocos metros del lugar en el que yacia el cuerpo semidesnudo de su madre.
Horas despues, Martel logro sacarlo del lugar. Se llevo a los chicos a la quinta de Rogelio Roldan, ubicada a pocas cuadras. De acuerdo a una cronica de la epoca publicada en La Semana, la primera pregunta que le hizo Maxi antes de dejar la casa fue: “¿Por que hay tantos policias?”. El “Facha”, desorientado, alcanzo a responderle: “Porque estan filmando una pelicula”.
Por ese entonces, los peritos ya trabajaban en el lugar. Al menos cinco moviles policiales se habian apostado en la cuadra de la casa para intentar resguardar el predio de los curiosos que comenzaban a enterarse de la noticia a traves de las radios locales. Maxi seguia ahi, contemplaba atonito todo lo que giraba a su alrededor. “¿Mi mama y mi papa trabajan en esa pelicula?”, insistio el nene de siete años. “Si”, le retruco Martel.
Esa tarde, Maxi jugo en la vereda como si nada hubiera sucedido. Pero, con el correr de las horas, empezo a preguntar por su mama. Martel esquivo el tema. Sabia que Hector ya estaba en camino y seria el, su abuelo paterno, quien le comunicaria la noticia de la muerte de su madre. Llego por la noche, pero no le dijo nada. Antes, tenia que encargarse de todos los tramites burocraticos, entre ellos: reconocer el cuerpo de su hija de solo 33 años.
Los hermanos de Alicia se encargaron de retirar a Maxi de la quinta de Roldan. Lo hicieron por la parte de atras, para evitar a los fotografos que se habian apostado en la puerta. A donde fueron, nadie lo sabe. Por la madrugada, Hector entro a la morgue del Hospital de Mar del Plata y reconocio a Alicia: “Es ella, es mi hija”. La postal era desgarradora: tenia marcas en su cuello, hematomas en las piernas y el ojo derecho negro.
Todavia en Mar del Plata, Maxi y su abuelo se encontraron en una pizzeria ubicada en la esquina de Colon y Santiago del Estero, a solo cinco cuadras del lugar en el que Monzon y Alicia habian estado bebiendo y apostando la noche anterior. Era de madrugada y el nene seguia sin saber que habia sucedido con sus padres. Por ese entonces, Monzon era atendido en el hospital, a pocos metros de la capilla en la que se encontraba el cuerpo de Alicia.
Maxi, yo te voy a explicar lo que paso”
“Maxi, yo te voy a explicar lo que paso”. Con esas palabras y con su nieto sentado sobre su falda, Hector comenzo la ardua tarea de hacerle entender a la criatura que su padre habia asesinado a su madre. Se crio junto a sus abuelos y en los meses posteriores al femicidio recibio la atencion de un psicologo y de un psiquiatra. “Lo que vio y escucho, solo el lo sabe”, repiten desde el entorno de los Muniz. Pero lo cierto es que, desde aquella madrugada, Maxi decidio nunca mas ver a su padre.
*Si vos o alguien que conocesvive alguna situacion de violencia,llamagratis al144o busca algun centro de atencion cercano.