Uno de los delincuentes que entró en Trofeos Carrillón es extranjero y tiene antecedentes

El hecho de inseguridad en pleno corazón de Villa San Martín y por el que resultó herido de un culatazo Jorge Diez, titular de Trofeos Carrillón en avenida Italia al 950, tiene por el momento a un detenido, según explicó a este medio, la fiscal Ana González de Pacce.
Por otra parte, se busca a un segundo sospechoso. La entradera al comercio de 34 años de actividad, respecto de la cual el propio Diez dijo a este medio que es la primera vez que le ocurre un suceso de inseguridad, causó preocupación en el barrio más viejo de la capital debido a la violencia de los ladrones.
El viernes, después de las 10, dos hombres tocaron el portero eléctrico y se presentaron como “empleados municipales de Formosa”, por lo que así lograron ingresar, reducir a la esposa del comerciante y a dos empleados. En planta alta estaba el dueño y por las cámaras notó cómo su mujer era llevada al fondo del local y que los dos sujetos tenían la cara cubierta.

Sin dudarlo, bajó de donde estaba y se tomó a los golpes con uno de los malvivientes, mientras que el otro escapó. Esa pelea cuerpo a cuerpo le costó a Diez un corte en el cuero cabelludo, producto del culatazo que le dio su contrincante antes de escapar. En la escena se levantó un revólver calibre 32.
La fiscal González, que estuvo en turno el día de la entradera, precisó que el único detenido tiene antecedentes. Se trata de Ariel Ricardo Amarilla, de 41 años, pudo averiguar este diario.
El sujeto es de origen paraguayo, con residencia en Villa Ghío y es remisero. Lo atraparon cuando salió del comercio y corrió hasta Lestani al 650. En esa calle, lo atrapó la policía, con una mochila, precintos (los mismos usados para atar a las víctimas, un revólver Magnum 357 y 6900 pesos, 70.000 guaraníes y celulares de las víctimas.
Preocupación de vecinos
La continuidad de robos en Villa San Martín, pese a las reiteradas reuniones de comisión vecinal con autoridades de la comisaría Octava y superiores de la fuerza policial, hace que vecinos busquen otras alternativas para mantenerse comunicados y así alertarse mutuamente sobre la presencia de sospechosos en el barrio, visitas que son constantes sin importarles a los ladrones quedar registrados en las cámaras instaladas en los inmuebles. Son permanentes los ataques de motochorros en las paradas de micros y en zonas que carecen de iluminación.